Irónicamente, siendo un país potencial en exportación,
nuestros productos a exportar son los más caros para traerlos a nuestra mesa.
Recordemos aquella frase, tristemente célebre de Antonio Raimondi; “el Perú es
un mendigo sentado en un banco de oro”. Han pasado más de 30 años y el mendigo
sigue en el mismo lugar.
La pobreza en el área rural afecta al 42 % de población, en el área urbana al
15 %, no podemos despegarnos de la pobreza extrema que tiene al 3.8 % de las
familias en todo el país. El crecimiento económico el 2019 apenas llegó al 2.16
%, record por debajo de su potencial desde el 2002, su peor desempeño anual en
una década.
Más de 28 millones de soles se perdieron por corrupción sólo en el departamento
de Ica, durante el 2019. Fueron 138 funcionarios y servidores públicos
identificados en el mal uso de los recursos públicos, con responsabilidad
penal, administrativa y civil. Lo informó el Sistema Nacional de Control (SNC),
tras las auditorias posteriores realizadas. Sin embargo, ellos podrían quedar
sin sanción según el contralor general de la República, Nelson Shack, “por la
falta de potestad sancionadora”. A nivel nacional se perjudicó al Estado por
más de 921 millones de soles por actos de corrupción en los tres niveles de
gobierno.
Esto no parece significarle nada al presidente Martin Vizcarra que, junto a su
inestable gabinete ministerial, decidieron aumentarles el sueldo a los alcaldes
siendo conscientes de su pésimo desempeño en la administración de los recursos
del Estado. Según versión del oficialismo, el aumento a casi el 100% de los
alcaldes es para evitar actos de corrupción, qué ingenuidad creer que esa es la
solución como certera medida de lucha contra la corrupción.
Los tres poderes del Estado deben trabajar articuladamente y junto a los tres
niveles de gobierno de forma multisectorial, con programas planificadas de
forma transversal con el mismo objetivo de canalizar el trabajo y esto pueda
llegar a todos los sectores del país. No centralizándolo. Menos aún, perdiendo
el tiempo en discusiones, fanatismos, populismos y riñas de partidos políticos.
Como siempre, estas disyuntivas y perjuicios económicos en la administración
pública solo perjudican gravemente a los más vulnerables. He allí la respuesta
a tantas veces preguntándonos por qué estamos en la miseria siendo un gran país
de potencia mundial agroexportador y con gente del pueblo emprendedora.
El nuevo Congreso a instalarse dentro de poco, tiene como principal agenda
recuperar la confianza a la población, y darle agilidad a las medidas de
reforma política y judicial que esperan su instalación. Esperemos que no se
distraigan en temas absurdos como los que ahora se muestran, líos internos de
partidos políticos donde pretenden poner sus intereses personales, otros
partidos donde ni se conoce al líder de su organización. Personajes nuevos en
política como pedían los electores, pero se filtraron muchos sin horizonte.
El mendigo seguirá sobre el banco de oro, si no despertamos como población y
demandamos resultados a los alcaldes distritales, provinciales, gobiernos
regionales, ministros y presidente de la República de la tarea que el pueblo
los ha encomendado.
Luz Canales Trillo
Periodista
CPP 271
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