MÁS CIUDADANÍA ES MENOS CORRUPCIÓN

 

Iniciamos un 2021, superando con mucho esfuerzo un año crítico. Muchos ya no están con nosotros. El mundo se ha dado de golpe con una pandemia que no pudo controlar. Los millones de muertos han demostrado que ningún país estuvo preparado para contrarrestar un virus potente que se propagó sin dar tregua. En el Perú, de la misma forma, siempre estuvo la decisión entre mantener la economía o preservar la salud. Situación que aún se mantiene.

Pasamos de Kuczynski a Vizcarra, Merino y luego a Sagasti en menos de un quinquenio. Esto, ya evidencia inestabilidad que ocasiona incertidumbre política, social y económica del país. Las medidas que se adoptaron con aciertos y desaciertos, han sido cuestionadas duramente por el legislativo, al punto de vacar al presidente, generándose protestas en las calles, cuando el esfuerzo era que nadie salga de casa.

El fuerte endeudamiento que nos deja la pandemia está hipotecando a nuestros hijos y nietos. Se ha discutido tanto sobre las AFP y las ONP, cuando ambos solo alcanzan a menos de 30 % de la Población Económicamente Activa (PEA), trabajadores formales dependientes. Y el 70% de trabajadores no están afiliados a ningún sistema, están desprotegidos. En su mayoría son personas que se encuentran en situación de pobreza extrema (catalogada por el Sistema de Focalización de Hogares – SISFOH). Estas, no han sido atendidas, para mantenerlos quietos, se les entrega un mísero bono.

La corrupción nos ha acompañado innecesariamente en la compra de mascarillas, uniformes, medicinas, etcétera. El show con Swing en medio de una devastadora crisis de salud, es la carilla que salta para ver el diagnóstico del país. Una corrupción enquistada desde antes de la declaración de la independencia. Alfonso W. Quiroz, en su libro “Historia de la Corrupción en el Perú” revela que desde las épocas coloniales la corrupción se gestaba en medio del sistema público. Jorge Basadre en su libro “Historia de la República del Perú”, identificó dos problemas estructurales dañinos; el abismo social – desigualdad y el Estado empírico, lleno de gente improvisada, incompetentes, sin conocimiento ni honestidad. Señalaba como ladrones, que ingresaban a las arcas del Estado a saquear. Este año recibimos el bicentenario de la República, y la situación no ha cambiado. Los problemas estructurales siguen siendo los mismos. La corrupción se ha ido acomodando y mutando para ubicarse mejor. Las reformas políticas y penales que surgen, se hacen a la medida que se filtre la corrupción. Es adrede. Así, esto nunca va detenerse.

Se cuestiona mucho la falta de liderazgo y capacidad de los gobernantes y autoridades. Recuerden que ellos llegan por nosotros. Tenemos el poder y la fuerza de decidir a quiénes le entregamos la administración de los recursos del Estado. La indiferencia y poca participación ciudadana permite que el sistema corrupto sea irreversible. No existe una cultura política. Falta interés ciudadano para informarse, investigar y evaluar a los candidatos. Acudimos a las urnas para no pagar la multa, y somos irresponsables como ciudadanos, no cumplimos con nuestros deberes, pero sí exigimos nuestros derechos.

Estamos en una fiesta electoral, en abril se acude a las urnas a elegir al próximo presidente de la República y los 130 representantes del pueblo. Por lo último, hay que precisar que, el nombre y la función de representatividad parlamentaria es inexistente. Ha sido desterrado brutalmente a vista de todos. No nos representan, es evidente que representan a los poderes políticos, a sus partidos, a sus líderes, a sus intereses. violentamente han eliminado la representatividad de la que se jactan como funciones congresales. Esto hay que advertirlo. Priman los intereses partidarios sobre la voluntad popular. Para muestra, las protestas de los jóvenes del bicentenario, hastiados de tanta corruptela que barre con nuestro país.

Necesitamos cambios de base, estructurales, desterremos a todo viejo político corrupto que se prendió del Estado como garrapata. Es momento de los jóvenes, con capacidad de liderazgo, con honestidad y voluntad de enfrentar la corrupción. Démosle la oportunidad a la nueva generación. Con capacidad, conocimiento y conciencia de buscar un mejor país. Necesitamos una profunda reforma política con lineamientos claros de desarrollo, crecimiento y bienestar social. Reformas estructurales para reducir las brechas sociales. Enormes brechas que al bicentenario no se logró los objetivos. En Salud y Educación como pilares fundamentales estamos críticos. Necesitamos, mayor participación ciudadana, es fundamental. La política es necesario para un sistema de gobierno. No es mala, lo malo es la gente que mal utiliza la política para actos corruptos, allí está el trabajo de los nuevos cuadros en política. Busquemos decencia, honestidad y capacidad. El Perú, no merece que lo ignoremos, seamos verdaderos ciudadanos interesados en mejorar su país.

Comentarios

  1. DE ACUERDO CON TODO LO DESCRITO, Seamos responsables por la elección de un representante de gobierno en el futuro.

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